El color blanco como tal representa
la ausencia de color y por eso muchas veces se dice de él que es un
color neutro, pero en nuestro día a día lo incluimos en nuestra paleta
cromática para reflejar a través de él la pureza, sencillez y
luminosidad de las formas. La gama de blancos que se trabaja en
mobiliario y decoración es muy amplia, pasando por el blanco más puro,
tonos cremas, hueso, marfil, algodón... llegando a los tonos vainilla y
amarillos.
No importa el
estilo, una pieza decapada o lacada en blanco ayudará a potenciar y
resaltar la personalidad de los complementos que lo acompañan.
Sin
duda alguna, la tradición ha usado los muebles blancos en estancias
pequeñas y oscuras para aprovechar así el reflejo de la luz y dar mayor
volumen a los espacios; pero hoy en día podemos aprovecharnos de su
encanto para amueblar cualquier rincón de nuestro hogar.
En pequeños apartamentos los muebles blancos aportan
frescura y amplitud. No hay nada como un dormitorio decapado en blanco
para transmitir romanticismo y elegancia. En ambientes infantiles nos
refleja pureza e inocencia; y si lo que buscamos es modernidad, los muebles lacados en blanco son el apoyo perfecto para conseguir una estancia minimalista y elegante.
Con
todo, el blanco es el color por excelencia ya que con él podrás
combinar toda la paleta cromática sin miedo a equivocarte, cualquier
color queda bien con el blanco. Así que si te decantas por un mueble blanco es un acierto seguro.