jueves, 18 de diciembre de 2014

Muebles clásicos de marquetería: auténticas joyas en madera

Cómoda clásica de marquetería Minerva
Cuando pensamos en mueble clásico, lo asociamos inmediatamente a una pieza de alta calidad realizada con maderas nobles, de un estilo atemporal, pero quizás un poco indifinido. La categoría de "clásico" engloba muchas y diferentes tendencias,  por lo que elegir un tipo de mueble que identifique este estilo es un poco complicado.

Dada la inmensidad e indefinición del término no podemos escoger un mueble que lo represente. Dentro del estilo clásico, podemos identificar el Luis XV, el Luis XVI, el Reina Ana, el Victoriano, el Regencia, el Imperio, el Chippendale, el Isabelino, el Bierdemeier o el Provenzal,  por ejemplo.  Se trata de un gran "estilo-contenedor" donde la diferencia la marcan las tendencias, la procedencia y siglo en la que estuvo presente, pero sobre todo, sus líneas y modo de producción.

Tras esta breve introducción, nos centraremos más que en un estilo concreto en una técnica de producción artesanal, altamente apreciada y que aporta un alto valor estético al mueble. 

Detalle floral de un mueble


Hablamos de la marquetería y de la "taracea", que según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, es:

(Del ár. hisp. tarsí', y este del ár. clás. tarṣī‘, incrustación).
1. f. Embutido hecho con pedazos menudos de chapa de madera en sus colores naturales, o de madera teñida, concha, nácar y otras materias.

De acuerdo con esta definición, este ornamento insertado en techos, suelos y muebles, se viene utilizando desde la época sumeria en Mesopotamia (3000 a. C.) y de la dinastía Ming (1368-1644) en China. Se difundió por Asia Menor (actual Turquía) y más tarde los romanos la adoptaron cuando entraron en contacto con el mundo helenístico. Llamaron a este arte incrustatio o loricatio. Más tarde, los árabes introducían esta técnica en España, por eso taracea deriva de la palabra árabe Tar'sia, que significa incrustación.


El Bureau du Roi de Jean Henri Riesener
De esta herencia recibida de los árabes, nace la marquetería, cuyo uso empezaría a extenderse por Europa hacia el siglo XVI.  Es entonces cuando esta técnica de ebanistería llega a Flandes y comienza a adquirir popularidad. No es hasta medidados del siglo XVII, cuando llega a Francia, donde se crea la fábrica real, en la que empiezan a crearse originales y exclusivos muebles de lujo  para el Palacio de Versalles y otras residencias del monarca Luis XIV.

La historia de esta técnica está salpicada de nombres de maestros ebanistas del siglo XVIII como Pierre Golle y su hijastro, André-Charles Boulle; Bernard van Risenbergh, Jean-Pierre Latz o Simon-François Qeben, pero quizás el más famoso de ellos, sea Jean Henri Riesener, conocido por su producción de muebles de lujo para los palacios y residencias de los reyes europeos y el "Bureau du Roi", su pieza más famosa. También destaca la producción del artista y ebanista alemán David Roentgen,  conocido por sus escritorios y cómodas alemanas.

Todos estos maestros utilizan dibujos inspirados en la naturaleza, en los ramilletes de flores, en bonitos paisajes o en escenas clásicas o bucólicas.

Buró ruso con marquetería - Ámbar Muebles
Las chapas utilizadas eran principalmente de madera, aunque también era frecuente el uso de fragmentos de hueso, caparazón de tortuga, madreperla, bronce o maderas exóticas tintadas. La forma más sencilla de esta técnica utiliza sólo dos capas de chapas distintas, las cuales son pegadas temporalmente y cortadas con una sierra fina, produciendo dos paneles del mismo diseño pero con colores diferentes.

Ya en el siglo pasado, en la década de los 80, aparecía una nueva tendencia desarrollada por Georges Vriz, que consistía en pegar dos chapas de madera, y lijar una de ellas hasta el punto de la transparencia de la fibra. Esta técnica fue fundamentalmente usada en Francia, en la escuela de profesionales y estudiantes Ecole Boulle y posteriormente, en la American School of French Marquetry por el artista Patrice Lejeune, que la denominó “sprinkling”, empleando restos de madera, serrín, y pigmentos, creando así una variedad de efectos que recuerdan a un colorido collage. En la actualidad, los diseños se realizan a ordenador y todas las piezas se cortan a láser, independientemente de su grosor o forma.

En Ámbar Muebles disponemos de una colección de muebles clásicos de marquetería, que puedes consultar AQUÍ

* Os dejamos un vídeo del MET (Metropolitan Museum of Art) en el que se muestran los acabados, la belleza y la funcionalidad de un mueble diseñado por David Roentgen en 1769.