martes, 15 de diciembre de 2015

Tejidos, estampados y colores para dar un aire cálido y acogedor a tu hogar en invierno

En invierno, inconscientemente, apostamos por colores más oscuros y profundos en nuestra vestimenta habitual. Además, escogemos tejidos más espesos, cálidos y voluminosos, estampados con motivos más sobrios, elegantes  y clásicos.

Un ejemplo de ello pueden ser nuestros adorados jerséis de lana de cuello alto, las capas y americanas de tweed, los abrigos paño o de visón, las famosas bufandas de lana de cachemir o las camisas de franela a cuadros.

De la misma manera en que nosotros nos vestimos con telas más cálidas, estampados más invernales y colores más apagados, tendemos a decorar nuestro hogar en invierno.

La misma comodidad y calidez que buscamos en nuestra ropa de abrigo, es la que buscamos al volver al hogar. Esto se traduce en gruesas mantas de pelo sintético o de lana trenzada a los pies de nuestra cama o sobre el brazo del sofá; fundas de cojín que van desde los estampados más navideños y divertidos a los más cálidos y blanditos, a conjunto con las plaids; y por supuesto, alfombras de materiales cálidos, suaves y espesos.


Un clásico que nunca pasa de moda es el estampado escocés, plasmado en distintos colores. Una de las combinaciones que más nos gusta es la mezcla del rojo, azul marino (o verde oscuro) y blanco. Una manera de utilizar este estampado tan tradicional y bonito sobre un salón o dormitorio en tonos neutros (totalmente atemporal y básico), es colocar sobre un sofá en gris o marfil, una manta de franela a cuadros, combinada con fundas de cojín en azul, rojo o gris oscuro, e incluso, con estampados, motivos o dibujos.


Partiendo de la misma base neutra en tonos claros (blanco, beig, crema, marfil y arena), apostamos por una nueva combinación, en la que se añade otro tono igualmente neutro: el gris. Este color es el nuevo beig: está de moda y combina con todo. Es bonito, sobrio y muy elegante. De esa manera, cuando juntamos dos tonos neutros, conseguimos un resultado muy tenue, cálido y acogedor. 


Esta conjunción de colores, aparentemente fría e impersonal, con los estampados adecuados, puede resultar fresca, ligeramente masculina y muy cómoda. Esta propuesta cromática, además abre la puerta a otros colores como el azul marino, el mostaza, el rosa empolvado o los morados, en especial, el ciruela y el berenjena.


Otro material en auge que aporta calidez es el fieltro, un material, visualmente, bastante similar a la felpa y que podemos utilizar para forrar cojines, cestas, alfombras, revisteros e incluso, adornos navideños. 


El forro polar, que conocimos gracias a las sudaderas y suéteres de montaña, también se ha trasladado al terreno del textil para el hogar, siendo actualmente la opción más utilizada. Para plaids ligeros de distintos colores e interiores de mantas con pelo, el forro polar es quizás la opción más económica y accesible.


Otra alternativa a estos materiales es la lana en sus distintas variantes. En este caso, podemos conservar la decoración habitual de nuestra estancia y añadirle una bonita manta de lana o bien, combinar distintos tipos de lana con sus correspondientes estampados. 


Pero, ¿cuántos tipos de lana puedo encontrar para decorar? Muchos, pero los más utilizados son la lana tricotada, la franela, el cachemir, el tartán o el tweed.


Para el final, nos dejamos las mantas y plaids de pelo largo y sintético, piezas cálidas que aportarán un aire nórdico y de cabaña de montaña. Piezas de tacto dulce y agradable, que invitan a recostarse sobre ellas, taparse y pasar largas horas de sofá y relax.

Y tú, ¿qué material prefieres para decorar tu hogar?

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