Papel inspirado en las telas pintadas japonesas |
¿Eres de los que las paredes lisas le parecen un poco sosas? ¿No te decides por ningún cuadro para decorarlas? ¿Te encantan los colores y la vitalidad que transmiten?
Pues quizás lo que estés necesitando son papeles de pared. No hace falta que empapeles toda la habitación, con una o dos paredes, un pilar, o un tabique, a veces es suficiente. Es una manera fácil y económica de conseguir un espacio personalizado y único.
Los papeles y telas, antiguamente, eran pintados a mano y a continuación colocados sobre bastidores o pegados sobre la pared, tal como se sigue haciendo a día de hoy.
En China y en Japón las casas de nobles y emperadores se adornaban con delicadas pinturas sobre tela o papel de arroz, que empezaron a importarse a Europa desde las Indias Orientales a principios del siglo XVIII.
En Francia se puso de moda a mediados del siglo XVIII y en el siglo XIX, todos los monarcas europeos querían tener su propia sala china, en la que exponer las antigüedades, telas y objetos exóticos traídos de las Indias. Pasaron de crear complicados y artísticos frescos y murales sobre sus paredes, a decorarlas con sedas pintadas y lujosos papeles.