¿Recuerdas aquellos tiempos en los que aprendiste a pintar con acuarelas? A nosotros siempre nos ha apasionado ver como la pintura disuelta en agua, se fundía con el papel formando unas preciosas manchas de color degradadas.
Pigmento diluido, que al ser aplicado sobre cualquier superficie creaba bonitas capas translúcidas de color, que parecían aplicadas con pinceladas ligeras y mojadas, que acaban siendo absorbidas por el papel o el textil.
Colores puros y limpios, que habitualmente plasmábamos sobre una lámina de dibujo, pero que ahora saltan al resto de la decoración de nuestro hogar.
De esa manera, vemos cómo esta técnica pictórica decora papeles de pared, cuadros, paneles, azulejos, cortinas, cojines, sábanas, fundas nórdicas e incluso, el tapizado de sillas, sillones o cabeceros.
También la podemos ver aplicada a modo de pintura mural o recreada digitalmente en papeles de pared o textiles.