Por fin llegaron los días de sol y calor. Los días son más largos y empezamos a hacer más vida en la calle o en las estancias exteriores de nuestro hogar, tales como terrazas, patios, porches y jardines.
Nos encanta disfrutar del buen tiempo y de sus beneficios, pero cuando el calor aprieta tendemos siempre a buscar la sombra y a refugiarnos en un lugar más fresco.
A falta de un porche o de un árbol frondoso, desde tiempos inmemoriales se las han ingeniado para proveerse de alguna estructura que les aportara cobijo y sombra. Es así como actualmente, disponemos de multitud de opciones para asegurarnos una zona resguardada del sol, como sombrillas, cenadores, toldos y pérgolas.
Precisamente, estas últimas serán las protagonistas de nuestra entrada de hoy. Las pérgolas son uno de los elementos arquitectónicos más polivalentes en lo que al exterior de una vivienda unifamiliar se refiere.
Sus aplicaciones son muy variadas y van desde un simple cobertizo para la zona exterior del garaje, hasta una zona de sombra junto a la piscina o en medio del jardín.
Sus aplicaciones son muy variadas y van desde un simple cobertizo para la zona exterior del garaje, hasta una zona de sombra junto a la piscina o en medio del jardín.