Aunque quizás nos pase desapercibido, el colchón nos acompaña siempre en nuestras horas de descanso. Por ello, debemos elegir el tipo de colchón que mejor se adapta a nuestras necesidades y a nuestra anatomía.
Actualmente, existe una amplia gama de colchones, realizados con materiales de alta calidad. Como cada uno de ellos tiene sus peculiaridades, ventajas y desventajas, no está de más que los conozcamos un poco mejor antes de decantarnos por uno para nuestro dormitorio o el de nuestros hijos. Aquí va nuestra clasificación:
- Colchones viscoelásticos: estos quizás son los más adaptables. El material viscoelástico actual y de buena calidad está formado por células abiertas, lo cual permite una buena circulación del aire.
Una superficie viscoelástica es una espumación termosensible y muy adaptable, por tanto reacciona hundiéndose más al aplicar calor (el calor del cuerpo) y endureciéndose con el frío.
Una superficie viscoelástica es una espumación termosensible y muy adaptable, por tanto reacciona hundiéndose más al aplicar calor (el calor del cuerpo) y endureciéndose con el frío.
La particularidad de este tipo de colchones reside en dos factores muy importantes: en primer lugar, aunque siempre hayamos dado la vuelta a los colchones y los hayamos usado por ambas caras, los colchones viscoelásticos se recomienda utilizarlos por la cara con propiedades viscoelásticas. En segundo lugar, este tipo de colchones ofrecen un alto grado de adaptabilidad a nuestra anatomía y poseen una firmeza media, con lo que éste se adaptará al cuerpo, sin envolverlo ni hundirlo.