miércoles, 28 de mayo de 2014

La silla Wassily, un hito en el diseño de mobiliario

Marcel Breuer
La silla Wassily es ya todo un clásico en el mundo del interiorismo y la decoración. Su diseño elegante, innovador y revolucionario para la época, marcó tendencia y se convirtió en un hito en el diseño de mobiliario.

Hoy, más de 80 años después de que Marcel Breuer proyectara el modelo B3 Chair, conocida posteriormente como la silla Wassily, se sigue vendiendo en tiendas de todo el mundo, como es el caso de Ámbar Muebles, donde la tenemos disponible en negro, rojo, marrón y blanco. Esta pieza se ha convertido en una solución ideal tanto para el mobiliario de oficinas como para el de hogar.

Se trata de la primera silla de tubos de acero cromado de fácil producción. El respaldo y los brazos pueden ser de cuero o de lona de distintos colores. Su inspiración nació desde un modelo de acero de bicicleta, realizado anteriormente, la "Bicicleta Adler".

¿Y qué tendrá que ver una bicicleta con una silla de diseño? Ni más ni menos que su aplicación a los soportes. El sistema ideado por el fabricante de acero alemán Mannesmann consistía en la producción de tubos de acero sin costura. Así es como esta tecnología fue adaptada al manillar de la bicicleta y, posteriormente, a la estructura de la silla y a otros mobiliarios.

Aunque esta silla sea conocida como silla Wassily, en honor de Wassily Kandinsky, como hemos comentado anteriormente, su nombre original era la B3 Chair. No fue diseñada para el pintor, sino que posteriormente, Breuer le fabricó un duplicado para su oficina personal. De esa manera, este modelo adoptó el nombre de "Wassily" varias décadas más tarde, cuando fue re-editada por un fabricante italiano llamado Gavina, quien decidió nombrarla de esta manera tras conocer la anecdótica conexión de Kandinsky con los orígenes de la pieza original.

Ya en 1926, el año de inicio de su producción, la silla fue honrada como "obra maestra" en la exposición de la sala de arte de Dresde. Una vez conocida y lanzada al mercado, provocó un boom mundial de los muebles de acero tubular, pues su estética representaba el vanguardismo y la ruptura con lo tradicional.

La empresa Thonet fue la que años después, concretamente en 1929, pasó a encargarse de su producción en serie.




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